jueves, 5 de septiembre de 2013

La antitauromaquia y la homofobia



La antitauromaquia se vende a sí misma como un ala del animalismo, y como tal, debe entenderse teóricamente con algo que ellos llaman "evolución moral". ¿Y a qué se refiere dicha evolución? ¿Es real? Las controvertidas tesis de Steven Pinker sobre la existencia real de tal evolución, desarrolladas en su obra "Los ángeles que llevamos dentro" no alcanzan a convencer a muchos pensadores contemporáneos, entre otras cosas porque Pinker durante la investigación que debía probar la existencia real del progreso moral, obvió deliberadamente cifras de guerras civiles, toda la colonización y uno que otro genocidio; según el progreso moral, la humanidad se encamina constantemente hacia un refinamiento ético, por lo que el siglo XIX ha debido ser más violento que el XX, aunque en realidad fue al revés. 

En cualquier caso, tiene que ver esto con una cosa: los animalistas se adjudican ser la evolución moral, por lo que todo su programa ético se vende como un paso más allá del humanismo: no maltratar animales, hace a una persona evolucionada. Si se busca en google animalismo, veganismo y evolución, se consiguen más de 100.000 resultados, diciente dato sobre lo reiterado del argumento tan solo en lengua castellana; otro tanto es la refregada manía de acusar al taurino de involucionado, medieval o bárbaro, al actuar en rituales de sangre "en pleno siglo XXI", argumento que se sitúa en la misma dirección que contrapone la "evolución" animalista y al resto de humanos que usan animales, entre ellos los taurinos. 

Más allá de las falacias de Pinker y el intuicionismo (o sea, pensar que el progreso moral es una entidad real, por encima de la historia y de la humanidad, como una especie de dios), yo no creo en la existencia del progreso moral como algo que deba ser característica única de un grupo humano, en este caso animalistas. Además de la sarta de insultos, violencia y acoso sufrida por el taurino de parte de la antitauromaquia, mal haríamos si no se anota la continua conducta machista del animalismo, el racismo de algunos dirigentes animalistas, el terrorismo,  y además, la homofobia o discriminación hacia los homosexuales; la consideración del 'gay' como un ser inferior, susceptible a burlas, insultos, persecución y pérdida de derechos civiles, es más que manifiesta en muchas partes de la antitauromaquia:


La imagen de arriba es un insulto difundido en Facebook por una reconocida activista animalista española, Amelia Rey (también conocida como Fans de Marqués, -el toro que le quitó un ojo a Padilla-);  sobre ella incluso ahora cursa una querella legal por daños morales, debido a un caso de acoso en Facebook. Siendo animalista, en ella debe aplicarse ese entendimiento según el cuál ser taurino es estancarse en la involución, y ser animalista es progresar hacia la evolución moral. Pero desde luego que allí donde hay homofobia no puede haber ninguna clase de progreso moral comprobable, y también que este no es un caso aislado. Ella es responsable además de difundir la imagen que inaugura esta publicación, donde se plantea que todos los taurinos somos "maricas". Las acusaciones homofóbicas contra los toreros son multitudinarias por parte del antitoreo, cosa palpable en cualquier foro, grupo de Facebook e incluso en protestas antitaurinas, (en Bogotá gritaban: "poropopó, poropopó, el que no salte es un torero maricón", mientras la protesta daba brincos y desde el megáfono el dirigente animalista llevaba el estribillo). Cito ejemplos variados:





Lamentable. El uso deliberado de insultos con tintes homofóbicos, todos desprendidos por la naturaleza del traje de luces, resulta siendo un fuerte y a la vez ridículo argumento contra la idea del progreso moral en el animalismo. ¿Alguien ha visto alguna vez a un animalista reprendiendo a otro cuando se pretende usar la condición de los homosexuales para insultar a los toreros? ¿Debemos creer que el animalismo es una evolución moral, cuando pululan los casos donde los animalistas están dispuestos a demostrarnos que son capaces de muchas bajezas? Estoy seguro de algo, y es que el animalista y antitaurino que me lea, sabe que alguna vez dentro de él ha despertado la homofobia al mismo tiempo que la antitauromaquia. 

Es curioso cómo el animalismo se declara al mismo tiempo como hermano de verdaderas luchas de reivindicación. También, advertimos cómo el mundo se debate actualmente entre dos bandos, el homofóbico y el igualitario, y se cree sobre el primero que viola derechos fundamentales de seres humanos distintos, lo que configura una segregación con implicaciones sobre la violencia. Diversos estudios han venido demostrando que la homofobia es un motor social de violencia, cosa autoevidente, pero que recién se ha llegado a demostrar, incide en la violencia de género heterosexual, intrafamiliar y étnica, según datos de la Agencia Europea para los Derechos Fundamentales.Basta buscar el estado de prensa de estas cosas, para sentir que aquí late algo muy serio, y que la homofobia antitaurina legitima un tipo de discriminación que va en aumento. ¿Evolución moral? ¿Dónde puede encontrarse si quiera una declaración de las asociaciones antitaurinas del mundo donde condenen esta clase de prejuicios? Hace falta poca vergüenza para divulgar imágenes como estas:

El traje de luces es un vestido ritual. De manera obtusa muchos antitaurinos ven en él "mallas" o "mallitas", "medias color rosa" y "zapatillas de princesa", cosa que seres evolucionados le permiten decir a seres menos evolucionados, pero en cualquier caso más evolucionados que el especímen taurino. Lo anterior, además de participar en cierto embrutecimiento moral, es una muestra de la hipocresía de los dirigentes animalistas, y  un engaño sobre la inexistente "evolución moral", además de dar también una idea de la terrible ignorancia en temas culturales de ciertas personas, a las que le convendría ver este video:

                    
El Sastre de la Luz (The Tailor of the Light) from Svblimia International on Vimeo.

"mallas"

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En el año 1988 Maníli abría la puerta grande de Las Ventas de Madrid en la corrida de Miura. También nacía yo. Amante de la tauromaquia, el cine, la literatura y el rock. Sigo con obstinada fe la certera evidencia de la frase de Lorca: "Creo que los Toros es la Fiesta más culta que hay en el mundo".